Me dedico desde hace más de 3 años a acompañar a personas a descubrirse a sí mismas dentro de la no-monogamia ética.

Hay excepciones pero te cuento lo que veo que pasa en el 99% de los casos cuando empezamos a ver que no encajamos con el modelo normativo.

Sentimos verguenza y miedo.

De repente somos conscientes de que nadie a nuestro alrededor nos entiende y empezamos a ver que expresar nuestra forma de pensar nos aleja de nuestro círculo de relaciones más cercano.

y… en el 99,9% de los casos, ¿qué hacemos?

Pues dar pasos para atrás, minimizar lo que sentimos, despriorizarnos… o, en otras palabras, posponernos.

Es natural. Necesitamos sentir que somos parte de un grupo y el miedo a la soledad nos paraliza… si además le sumamos que apenas conocemos personas no-monógamas, pues aún cuesta más lanzarse.

Lo malo de salir del armario es que puede ser muy difícil. Porque sabemos lo que podemos perder, pero no tenemos ni la más remota idea de lo que podemos ganar.

Es un acto de fe MONUMENTAL.

O un acto de agotamiento cuando ya nos pesa tanto nuestra identidad construida que soltarla, a pesar del riesgo, nos supone un alivio.

Requiere valentía y tomar acción.

Cuando yo di ese salto estuve convencida que me iba a quedar sola el resto de mi vida y que nunca encontraría alguien como yo.

Pero cuando tomamos decisiones tan fuertes y nos lanzamos realmente a construir una nueva identidad mucho más acorde con nuestra esencia, sí, puede que lo que hemos tenido hasta ahora se quede o se vaya, pero lo que está claro es que llegan muchas cosas nuevas que sí encajan con quien tú eres, esa nueva versión de ti que por fin has podido expresar.

Si sientes que ese es tu momento de dar ese salto y no quieres hacerlo sol@, yo y otras personas que estamos en procesos parecidos podamos ayudarte y acompañarte.

Si tu compromiso con el cambio es del 100%, rellena este breve formulario para agendar una llamada gratuita de 30’ conmigo y conocernos para ver si puedo ayudarte: https://openmandarina.com/formulario-consulta-30/