En los últimos meses, al comentar con algunas personas (monógamas y no-monógamas) próximas que estoy viviendo un enamoramiento intenso, me han preguntado mucho por mi otro vínculo, con el que llevo más tiempo y todo el mundo tiene identificado.
A ojos de l@s demás, él es mi “vínculo principal”, aunque yo no me defino como jerárquica.
Pues bien, mientras les respondo que “todo bien, que no hay conflicto y todo se va gestionando con calma” me miran con atención y tras una pausa que tiende a ser algo larga, luego me dicen ¿cómo puedes estar viviendo algo tan intenso y que no te afecte luego con tu pareja?
Intuyo lo que hay por debajo de esta pregunta: un constructo social que entiende que el enamoramiento arrasa IRREMEDIABLEMENTE lo estable, lo duradero, lo probado. Como si estuviera engañándome fuertemente (y engañando a mis otros vínculos de más tiempo) si no salgo corriendo con mi nuevo amor y le pongo en la cúspide de mi vida. Como si estuviera frenando algo inevitable o que “así debe ser”.
Como si no estuviera viviendo la vida al 100% y actuara desde una lógica fría y racional.
A raíz de esto, he compartido la imagen de esta publicación: El 99% de las pelis que vemos hablan del enamoramiento, no del amor.
¿Cuántas veces hemos visto una película en la que sus protagonistas están en la fase de enamoramiento y hemos pensado que estábamos presenciando lo que es el amor auténtico?
¿Y en cuántas de esas películas, haciendo caso a su “emoción súper intensa y desbordada”, sus protagonistas cambiaban toda su vida?
Y, en realidad, ¿en cuántas de esas películas nos han dejado ver qué pasaba después de esa fase? Si convivían, si formaban una familia de sangre, si pasaban 10 años…
No. No nos lo cuentan, y por eso pensamos que esta intensidad seguirá ahí siempre. Eso es lo que creemos que es el “amor auténtico”.
Pero esa forma de pensar y esa nube de felicidad a la que llamamos “amor auténtico” tiene su sombra: porque entonces necesariamente nos sentiremos fatal cuando pase la fase de enamoramiento y, al vivir una fase más calmada y menos intensa, lo asociaremos con que “ya no queremos DE VERDAD a esa persona con la que estamos”.
La fase de enamoramiento es solo eso, una fase.
Mientras la ENR (Energía de la Nueva Relación) dure, lo disfruto mucho. Y puede que haya un impulso de querer escaparme con esta persona y desaparecer, no lo voy a negar, porque el enamoramiento tiene eso.
Pero no lo legitimo. No le doy fuerza a eso. Pongo este pensamiento en la nevera para sacarlo dentro de un tiempo y preguntarme si eso sigue siendo lo que quiero. Entonces ya hablaremos de ello.
Porque sé que hay mucha idealización en esta fase y porque sé que hay otros vínculos en mi vida que se sostienen solos, sin ENR, y eso tiene muchísimo valor para mí y es algo que sé que quiero cuidar.
Puedo vivir este chute de enamoramiento con una intensidad preciosa y cuidar ese nuevo vínculo intuyendo que puede convertirse en alguien estable en mi vida. Pero para mí es únicamente eso, intuición, hasta que la madurez de la relación nos diga si podemos darnos un espacio en nuestra vida desde el que seguir construyendo algo sólido o no.
Y cuando digo espacio no digo convivencia. Tampoco digo familia. Tampoco digo comidas de Navidad (aunque todo eso puede ser algo opcional, ¿por qué no?) Porque eso es lo primero que piensa todo el mundo cuando hablamos de relaciones estables.
Hablo de sostener. Hablo de cuidarnos aunque estemos en un momento de crisis. Hablo de saber que la otra persona está ahí para ti. Hablo de conocernos en profundidad, con nuestras sombras, con las cosas que no nos gustan tanto, con nuestras manías y nuestras formas de hacer distintas. Y eso es algo que solo se va descubriendo con el tiempo y especialmente cuando la ENR desaparece.
Sé que no es fácil porque el enamoramiento es algo intenso, pero también se puede vivir con cabeza y entender que todo tiene su momento y espacio. Hablé sobre todo eso en profundidad en un directo que hice hace poco sobre la ENR (ahora que la estoy viviendo). Te lo comparto aquí: https://youtu.be/YeGYbXL_7nc
Que Preciosa descripción del enamoramiento, del amor romántico y del amor real. Aunque yo no haya podido experimentar esa nube de felicidad con mis otros vínculos, me parece maravilloso que hayas compartido tu experiencia. Gracias 🤩
Yo viví una situación parecida durante poco tiempo,
apenas unos dos meses por que las circunstancias no acompañaron,
pero yo lo viví intenso, feliz y sin querer dejar a ninguno.
Considero que un porcentaje pequeño de la población puede entender esto,
las personas tradicionales o con determinadas características no podrán entender esta forma de relacionarse
Podemos aspirar a que lo respeten pero poco más.
Yo sí que creo que se puede valorar lo que te da una y otra persona y no querer dejar a ninguna
Muchas gracias por compartir, cada historia compartida tiene muchísimo valor 🙂