El dolor invisible de las personas no-monógamas
13 septiembre, 2022

Hay una culpa que pesa mucho cuando por primera vez nos armamos de valor y le decimos a nuestra pareja que necesitamos abrir la relación.

Tu pareja puede recibirlo como una especie de traición, al estilo: “tú no eres la persona que yo creía que eras” y, por otro lado, el “¿cómo puedes hacerme esto?”. Lo peor es que tú sabes que no es solo ella hablando, sino que habla con la potestad de alguien que cree “tener la razón”, puesto que al final, la sociedad le respalda.

A ojos del mundo normativo, tú eres egoísta, incapaz de comprometerte y, además, no estás realmente enamorad@ de tu pareja. Porque si no, ya sabes, no estarías pidiendo “algo así”.

Y es muy duro para tu pareja que, de repente, la relación en la que estaba cómoda y no faltaba de nada, ahora sí se verbaliza una nueva necesidad. Una necesidad que, además, es fácil que asocie a creencias del estilo “si necesita esto es que no me quiere”, “si quiere esto es que yo no soy suficiente” o “eso es que me quiere dejar pero no se atreve y me intenta vender lo de la relación abierta”.

Pero cuidado. Quizás tu pareja sufre y lo pasa fatal ahora, pero tú ¿cuántos años llevas renunciando a ser como eres?, ¿cuánto tiempo hace que habrías vivido las relaciones así si hubieras sabido que existía una fórmula ética de hacerlo? ¿cuánto tiempo te habrías ahorrado vivir tras una máscara para poder tener relaciones sexoafectivas?

Cuidado con invisibilizar el dolor de las personas no-monógamas. La falta de visibilidad de estos modelos relacionales ha traído mucho sufrimiento, infidelidades, mentiras y separaciones durante generaciones. Démosle importancia a eso.

10 Comentarios

  1. Álvaro

    Buenas, leí tu artículo de el dolor invisible en las personas no monógamas.
    Te escribo sólo para darte las gracias ya que me siento muy identificado.
    Y no sólo es la culpa, es la vergüenza de pedir algo así, es el que yo mismo me cuestione si de verdad se amar, que no amo como debería, cuestionarse uno mismo su propia madurez al no ser capaz de «comprometerme como es debido» y pensar que ojalá pudiese ser monógamo… Muy duro la verdad

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    • Lídia

      Te entiendo muchísimo… me costó mucho aceptar que lo mío era igual de válido que lo otro. Lleva un tiempo y mucha determinación. Ánimos! Y gracias por tu mensaje 🙂

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  2. Marta

    ¡Hola Open!

    Muchas gracias por visibilizar esta otra cara de la realidad, la verdad es que es un post muy necesario. No es solo que llevemos tiempo sufriendo en silencio por sentirnos diferentes, si no que además, como bien dices, la monogamia es lo estándar, aceptado y comprendido. A nosotros nos llegan más prejuicios, preguntas, faltas de educación y comentarios negativos que a una persona monógama.

    Un saludo linda

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    • Lídia

      Muchas gracias por tu mensaje. Pues la verdad es que sí, que no resulta nada sencillo romper esquemas, pero en comunidad cada vez encontramos más apoyo. ¡No está todo perdido! 😉

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  3. Francesc

    Así es! Pero es que eso que se lleva al terreno de abrir la relación, en mi experiencia sucede con cualquier deseo que disiente de lo que la otra persona espera. Porque para mi, lo más «chungo» de la monogamia y de la sociedad en que vivimos es pensar que las cosas son «a nuestra manera siempre» y que si no son como «se supone que tienen que ser», eso está mal. Gracias por tu publicación!

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    • Lídia

      Uf sí… al final lo más importante y lo que nos ayuda más es tener una buena base de autoconocimiento y desarrollo personal. Ser personas conscientes y presentes que asumimos cada una nuestra parte de responsabilidad a la vez que entendemos la parte que atañe a la otra persona. Y bueno, nos queda aún trabajo por hacer pero creo que cada vez estamos un poquito más cerca 🙂

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  4. Nacho

    Qué maravilla de post.

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    • Lídia

      Muchísimas gracias!!

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  5. Alex Benito

    Muchas gracias por estas palabras! no podrian haber llegado en mejor momento.

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    • Lídia

      Me alegra muchísimo 🙂

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